Los Pandora Papers aún guardan secretos de la elite chilena que ha manejado su patrimonio en paraísos fiscales. El apellido Bitar se repite en distintos documentos y son dos las ramas de la familia que aparecen con sociedades y trusts en jurisdicciones offshore: la de Sergio, quien fue senador y ministro de la Unidad Popular y de la ex Concertación, y la de Lorenzo, su hermano radicado en Perú desde los años 60 y padre de Cristina Bitar, quien también figura en los Pandora Papers.
Este 3 de mayo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) integró a la plataforma offshore leaks parte de la información contenida en la filtración de los Pandora Papers, un proyecto trasnacional que en 2021 generó importantes revelaciones periodísticas sobre el uso de paraísos fiscales. Sin embargo, la presencia de chilenos es mucho más amplia de lo que permite buscar y visualizar dicha plataforma, pues la información sobre sus sociedades offshore muchas veces se encuentra escondida en correos electrónicos o PDFs difíciles de sistematizar.
Esta nueva liberación de datos incluye información de Trident Trust, una de las administradoras de patrimonio que ha tenido importantes clientes chilenos que no figuran en el buscador de offshore leaks, como Andrónico Luksic, o las operaciones que permitieron armar la estructura que de la venta de Minera Dominga en las Islas Vírgenes Británicas. También hay dos ramas de la familia Bitar, conocidos en Chile por los distintos roles públicos que han tenido en las últimas décadas, cuyos nombres se repiten en los documentos de Pandora Papers que no están sistematizados y que CIPER y LaBot analizaron en detalle para reconstruir su historia.
Los hermanos Sergio y Lorenzo Bitar Chacra viven en países distintos desde hace sesenta años, pero, tal como algunos de sus hijos, han sido clientes de Trident Trust y comparten a la misma asesora para manejar su dinero en paraísos fiscales, según se desprende de los documentos de Pandora Papers. Su nombre es Sofía Powell-Cosio, una abogada de Miami que se ha especializado en clientes extranjeros.
EL TRUST DE CRISTINA
En su respuesta a las preguntas enviadas por CIPER y LaBot, Cristina Bitar Maluk contó que fue en el año 2000 cuando decidió abrir una cuenta bancaria en Estados Unidos con el objetivo de diversificar riesgo. La hija de Lorenzo Bitar se convirtió en clienta del banco de inversión Merril Lynch y transfirió parte de sus ahorros a sus oficinas en Miami. Para entonces Bitar llevaba un buen tiempo viviendo en Chile, luego de mudarse desde Perú, donde creció. También había iniciado una exitosa carrera como ejecutiva ligada al mundo de las comunicaciones corporativas y el lobby, y estaba a cargo de Captiva, la empresa que fundó junto a Pablo Zalaquett.
Pronto entraría de lleno al campo político, como jefa de campaña de Joaquín Lavín en la presidencial de 2005 y en la senatorial de 2009. Sus redes, en todo caso, no se limitan a la derecha, pues en los años noventa trabajó para los gobiernos de la Concertación. En 2008 fundó la empresa de comunicación y lobby Azerta, y actualmente es también directora de la minera Newmont y consejera de políticas públicas del Instituto Libertad y Desarrollo. Hasta fines de abril estuvo en el directorio de AFP Provida.
En 2016, durante la investigación sobre las irregularidades de las platas políticas, Bitar y una de sus sociedades aparecieron en la arista SQM. Esa sociedad de Cristina Bitar era Asesorías e Inversiones Lima, la que recibió pagos de SQM que después fueron rectificados ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) por la misma minera. En todo caso, esta sociedad de Bitar quedó excluida de las acciones penales del SII, debido a que ese servicio estimó que debido al tiempo que había transcurrido la “responsabilidad penal se encontraba extinguida”.
Siguiendo otra recomendación de Merril Lynch, Cristina Bitar se convirtió en directora de Golden Tulip Group Corp, una sociedad basada en Islas Vírgenes Británicas y gestionada por Trident Trust, con un capital de US$ 50 mil. En Merril Lynch también le sugirieron contratar a la abogada Sofía Powell-Cosio para armar un trust. Este tipo de estructura comúnmente es utilizada para planificar sucesiones y dejar las herencias lejos del alcance de las autoridades tributarias del país de origen. También puede usarse para ocultar activos.
Este trust quedó domiciliado en otra isla caribeña llamada Nevis, que en 2018 fue calificada por el periódico británico The Guardian como la jurisdicción offshore con mayor nivel de secretismo en el mundo.
Aunque Cristina Bitar dice no conocer el nombre Park International Limited, esa era la firma que administraba el trust y entre los documentos de Pandora Papers hay una carta que ella le envió a esa empresa el 3 de enero de 2012. Park International Limited comparte dirección postal con Trident Trust en Charlestown, la capital de Nevis, y también usa sus membretes, por lo que probablemente tienen algún tipo de vínculo.
“Carta de instrucciones y deseos”, se lee en el encabezado de la misiva enviada por Cristina Bitar a Park International Limited. En la parte de las instrucciones, se solicita crear un trust para las 50 mil acciones de Golden Tulip Group Corp. La beneficiaria principal del trust era ella misma, mientras que los beneficiarios secundarios fueron sus dos hijos.
Al crear un trust, Cristina Bitar en teoría se desligaba de esos activos -una ficción legal de este tipo de instrumentos-, pero según las instrucciones ella podía revocarlo en cualquier momento. Por la misma figura que la desvinculaba formalmente de la gestión del trust, en la parte de los deseos Bitar expresa que si bien Park International Limited no está obligado a seguir sus instrucciones, a ella le parecería conveniente que se tomara en cuenta su opinión para tomar decisiones.
Junto con agradecer la total discreción e insistir una vez más que la carta no busca obligarlos a nada, Bitar señala que mientras ella esté viva le gustaría que la administración del trust se guiara por sus preferencias. Tras su muerte, pide seguir las preferencias de sus hijos -los beneficiarios secundarios- o de su hermana Ana María, en caso de morir cuando ellos aún sean menores de edad.
Para la realización de este reportaje, Cristina Bitar respondió preguntas por escrito, en las que afirmó que cumplió la legislación vigente en Chile y en el extranjero en el manejo de estos activos en paraísos fiscales. “Frente al creciente cuestionamiento a estas jurisdicciones -incluso en casos de uso legítimo de estos- en 2017 decidí cerrar esta cuenta y transferir los fondos a mi nombre. Previamente, realicé las gestiones pertinentes ante el SII, pagando la totalidad de los impuestos correspondientes”, aseguró. El trust también habría sido disuelto en esa fecha (vea acá la respuesta completa de Cristina Bitar)
LAS SOCIEDADES DE LOS BITAR HIRMAS
Sergio Bitar Chacra es sin duda el más conocido del clan Bitar. Su carrera política comenzó durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, cuando fue gerente de Corfo, y siguió en el de Salvador Allende, como ministro de Minería. Tras el golpe de Estado fue detenido y relegado a Isla Dawson, para luego partir al exilio en Estados Unidos y Venezuela. Fue uno de los fundadores del Partido Por la Democracia (PPD) y durante la transición asumió importantes cargos políticos, primero como senador (1994-2002) y luego como ministro de Educación durante el gobierno de Ricardo Lagos (2003-2005) y de Obras Públicas en el primer periodo de Michelle Bachelet (2008-2010).
Los Pandora Papers son posteriores a esa época, la más activa políticamente de Sergio Bitar. Para este reportaje se le envió a fines del año pasado un cuestionario detallado sobre los fondos que manejó en Islas Vírgenes Británicas, pero su respuesta fue bastante general: vivió largos años en el exilio, en Venezuela fundó y dirigió una empresa industrial, y las rentas y ahorro de ese negocio fueron depositados en un banco extranjero que le recomendó constituir una sociedad. Como no podía residir en Chile y el origen de esas rentas no era chileno, esos fondos no estaban sujetos a tributación en el país. “Esa sociedad se liquidó hace muchos años”, aseguró (vea acá la respuesta completa de Sergio Bitar).
Una respuesta tan genérica es difícil de rebatir, pero si a fines de 2021 Bitar calificó el cierre de esa sociedad como algo que pasó “hace muchos años”, los registros disponibles muestran que cinco años antes todavía era accionista de Regal Knight Inc. en Islas Vírgenes Británicas.
En mayo de 2016, Trident Trust actualizó la información sobre esa sociedad. Para ello, la abogada Sofía Powell-Cosio llenó un formulario, envió copia de los pasaportes de Sergio Bitar y su esposa María Eugenia Hirmas, y cuentas de servicios que sirvieran para acreditar su domicilio. En el documento se señala que Bitar e Hirmas eran en ese momento los únicos dueños de Regal Knight Inc., con un total de 50 mil acciones.
María Eugenia Hirmas figuraba como la única directora y en el campo en que se pregunta por su ocupación o anterior empleo se le identificó como dueña de casa y “nunca empleada”, aunque lo cierto es que Hirmas ha tenido una carrera profesional relevante. Estudió sociología, hizo un magister en Comunicaciones, trabajó en ONGs, fue empresaria y asesora gubernamental durante la transición, pero su rol más público lo tuvo en la primera administración de Michelle Bachelet, quien la designó en el puesto que tradicionalmente ocupan las primeras damas, a cargo del área de Asuntos Socioculturales de la Presidencia (2007-2010).
En el formulario, Regal Knight Inc. se identifica como un vehículo de inversión que maneja acciones en Estados Unidos por un monto de entre US$1 y US$ 2 millones, aunque no se llenó el espacio en que se debe indicar el origen de los fondos. Se señala también que seguirán invirtiendo en mercados financieros en países que no estén en la lista gris o negra de la Financial Action Task Force (FATF), que son aquellos en que hay riesgo de lavado de dinero o financiamiento del terrorismo.
Hasta ese momento, Regal Knight Inc. estaba en manos de un trust gestionado por Park International Limited, la misma firma domiciliada en Nevis que manejó el trust para la sobrina de Sergio Bitar, Cristina. De hecho, ambos trusts fueron creados en enero de 2012 a solicitud de la abogada Sofía Powell-Cosio.
En este caso, Powell-Cosio pidió que se registrara a María Eugenia Hirmas y a Sergio Bitar como beneficiarios primarios, y a sus hijos Patricia y Javier Bitar Hirmas como beneficiarios secundarios. Cuatro años más tarde, en mayo de 2016, Park International Limited transfirió las acciones a Bitar e Hirmas. Fue entonces que Trident Trust pidió que se llenara el formulario mencionado más arriba. Ambos cónyuges figuraban originalmente como directores de la sociedad, pero Bitar renunció en ese momento y su esposa lo hizo un mes después, en junio de 2016. A partir de entonces, la abogada Powell-Cosio asumió como directora y presidenta de la sociedad.
Regal Knight Inc. es la única sociedad ligada a Sergio Bitar en los documentos de Pandora Papers, pero su esposa aparece en dos más, ambas domiciliadas en las Islas Vírgenes Británicas. En la más antigua, llamada Aspenwood Services Limited, María Eugenia Hirmas fue directora desde febrero de 2004 junto a su hija, Patricia Bitar Hirmas. Según un documento firmado por Powell-Cosio, ambas se mantuvieron en esos cargos al menos hasta enero de 2015.
La segunda es Fresia International Limited, en la que a partir de julio de 2010 Hirmas también fue socia de su hija Patricia Bitar, con 25 mil acciones cada una. Bitar Hirmas era la presidenta de la sociedad, cargo al que renunció en mayo de 2016, siendo reemplazada por su madre. Seis meses después, las acciones de Patricia Bitar se transfirieron a María Eugenia Hirmas, quien en el mismo momento renunció a sus cargos en la sociedad (presidenta, directora y secretaria), siendo reemplazada por SPC Management Services Inc., la empresa de Sofía Powell-Cosio.
Se envió un correo a Patricia Bitar y María Eugenia Hirmas en noviembre de 2021 con preguntas para este reportaje, el que no tuvo respuesta. A fines de abril se intentó contactarlas a través de Sergio Bitar, quien terminó contestando las preguntas, en la misma línea de su primera respuesta: las sociedades se crearon hace 15 o 20 años por recomendación del banco donde tenía sus ahorros generados durante su exilio y dejaron de existir “hace muchos años”. Aseguró que ni su esposa ni su hija poseen cuentas en el extranjero (vea acá la respuesta completa).
UN CHILENO EN LIMA
Lorenzo Bitar Chacra es el segundo de los cuatro hijos que tuvo en Chile el inmigrante sirio Nazmi Bitar. En 1961 se fue a Lima a manejar la fábrica de zapatos que su papá había instalado en Perú en sociedad con la familia Said. Se casó con la ecuatoriana Laila Maluk, con quien tuvo tres hijos: Lorenzo Alejandro, Ana María y Cristina Bitar Maluk.
Esta dualidad entre Chile y Perú es probablemente lo que explica el error de Sofía Powell-Cosio al llenar en 2016 el formulario de Trident Trust sobre Alpine Technology Investments Ltd., una sociedad domiciliada en las Islas Vírgenes Británicas. En ese documento, Lorenzo Bitar Chacra y su esposa aparecen como únicos accionistas, mientras que ella y su hijo Lorenzo Alejandro figuran como directores. Para los tres se registra un domicilio ubicado en una calle de Lima, pero que erróneamente se señala que está en Santiago de Chile.
No es mucha más la información disponible en los documentos de Pandora Papers sobre Alpine Technology Invertments, salvo que el directorio fue nombrado en 2012.
Lorenzo Bitar Chacra contestó por escrito las preguntas que se le enviaron sobre esta sociedad. Según explicó, fue creada “para resguardar parte del patrimonio familiar generado en el Perú”. Aseguró también que los recursos, que fueron aportados durante casi 30 años, pagaron tributos en ese país, donde los tres residen. Aclaró, además, que Sofía Powell-Cosio fue la abogada asignada por su banco en Miami para hacer trámites legales y no administra su patrimonio (vea acá la respuesta completa de Lorenzo Bitar).